Seguir a Jesús implica renunciar a ciertas cosas del mundo, como el poder, el estatus y los placeres superficiales, para caminar en una dirección diferente, a veces en contra de la corriente. Aunque esto pueda ser difícil, la recompensa de seguirlo es incomparable: paz, propósito y vida eterna. Al elegir seguir a Jesús, encontramos el verdadero propósito de nuestra vida, viviendo con amor, fe y servicio, lo que nos lleva a una vida más plena y significativa.

La resiliencia es la capacidad de superar los obstáculos y crecer a través de ellos. Como mujeres, tenemos una fuerza interna increíble que nos permite enfrentar cualquier desafío que la vida nos ponga enfrente, y salir más fuertes. Cada vez que te enfrentas a una dificultad, recuerda que tienes la capacidad de levantarte, aprender y florecer. No importa lo que el mundo te diga, dentro de ti hay un poder imparable, como el de Esther, para transformar el miedo en valentía y las adversidades en oportunidades para crecer.@destacar

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