Grupos de oración en clubes de fútbol: más que fe, un refugio emocional para los jugadores

Grupos de oración en clubes de fútbol: más que fe, un refugio emocional para los jugadores

En el competitivo mundo del fútbol, donde la presión y las expectativas pueden resultar abrumadoras, los grupos de oración dentro de los clubes han tomado un papel fundamental en la vida de los atletas. Como informa O Globo de Brasil, más allá de la religión, estos espacios se han convertido en un soporte emocional y psicológico para muchos jugadores que enfrentan desafíos dentro y fuera del campo.

Uno de los testimonios más impactantes es el de Deyverson, delantero del Cuiabá de Brasil, quien confesó haber encontrado en la fe un pilar fundamental en su carrera. «El fútbol es un mundo muy cruel. Un día eres el mejor, al siguiente te critican. Me refugié en la oración y en la palabra de Dios», afirmó el jugador.

Los encuentros de oración, que comenzaron como reuniones informales, han tomado mayor relevancia en los vestuarios de diversos equipos. Jugadores de clubes como el Flamengo y el Palmeiras han resaltado cómo estas iniciativas les han ayudado a lidiar con la ansiedad, la depresión e incluso problemas personales que afectan su desempeño profesional.

El defensor Murilo, también del Palmeiras, destacó cómo estos momentos de espiritualidad le han dado fortaleza. «Es un alivio saber que podemos compartir nuestras angustias sin miedo al juicio. La fe me ha hecho más fuerte dentro y fuera de la cancha», expresó.

El fútbol, a menudo visto como un espectáculo basado en la destreza física y la estrategia, tiene un lado humano que no siempre es visible para los aficionados. Muchos jugadores lidian con la presión de la competencia, lesiones y críticas constantes en redes sociales, lo que los hace vulnerables a problemas emocionales.

El psicólogo deportivo Marcelo Villin, quien ha trabajado con varios equipos brasileños, señala que la fe y el apoyo comunitario pueden ser herramientas clave para la estabilidad mental de los atletas.

«No se trata solo de religión, sino de tener un espacio de escucha y contención emocional en un entorno tan demandante», explica Villin.

Más allá del deporte, los grupos de oración han demostrado ser una red de apoyo que permite a los jugadores fortalecer su autoestima y manejar mejor la presión. A medida que más futbolistas comparten sus experiencias, el estigma sobre la vulnerabilidad en el deporte comienza a desvanecerse.

En un mundo donde los atletas suelen ser vistos como figuras de éxito inquebrantable, estos espacios de fe han demostrado que la verdadera fortaleza no solo se mide en goles o trofeos, sino también en la capacidad de enfrentar los desafíos con esperanza y resiliencia.

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