Durante el 73º Desayuno Nacional de Oración, el presidente Donald Trump compartió cómo un intento de asesinato en su contra lo acercó a Dios.
Este evento, ocurrido en un mitin en Pensilvania el 13 de julio de 2024, involucró un disparo que lo impactó en el oído. Trágicamente, el incidente resultó en heridos y la muerte de Corey Comperatore. Trump expresó su convicción de que sobrevivió gracias a una intervención de Dios, pues contó que ese giro de cabeza que hizo en el momento justo evitó una herida mortal.
Una de las frases más impactantes de su discurso fue cuando Trump habló sobre cómo el intento de asesinato lo afectó profundamente en su forma de pensar y sentir.
“Algo cambió en mí. Me siento aún más fuerte. Creía en Dios, pero ahora siento algo mucho más fuerte. Algo sucedió”, confesó.
Trump enfatizó que tanto su experiencia cercana a la muerte como eventos trágicos recientes nos deben impulsar a vivir cada día al máximo. Además, al concluir su discurso, subrayó su convicción de que la fe es fundamental para alcanzar la verdadera felicidad.
“La gente religiosa volverá a ser feliz, y creo de verdad que no se puede ser feliz sin religión, sin esa creencia. No veo cómo se puede ser feliz. Así que, traigamos de vuelta la religión. Traigamos de nuevo a Dios a nuestras vidas”, expresó.
“No me gusta la gente que usa su fe como justificación para hacer lo que sabe que está mal. Tampoco me gusta la gente que dice: ‘Oro por ti’, cuando saben que no es así”, añadió.
Trump retomó la tradición del Desayuno Nacional de Oración, un evento bipartidista arraigado en la historia presidencial de EE.UU. Desde Eisenhower, todos los presidentes han participado. El mandatario también asistió a un segundo desayuno de oración, destacando la oración como el acto principal, lo que subraya su compromiso con la fe.
Trump, identificándose como cristiano no confesional, resaltó la libertad religiosa como un pilar fundamental de la vida estadounidense, instando a su protección incondicional. Criticó la administración Biden, acusándola de “persecución” contra cristianos devotos y señalando amenazas sin precedentes a esta libertad.
El presidente anunció la formación de un grupo de trabajo, liderado por Pam Bondi, para combatir los prejuicios anticristianos en el gobierno federal y la sociedad. Además, creará una “oficina de la fe” en la Casa Blanca, dirigida por su asesora espiritual, la televangelista Paula White.
El Desayuno Nacional de Oración, iniciado en 1953 bajo la presidencia de Dwight D. Eisenhower y con el apoyo de Billy Graham, fue organizado durante décadas por un grupo cristiano llamado la Comunidad o la Familia, liderado por Doug Coe.
