Yo soy el pan de la vida; el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed. Juan 6:35

El Señor Jesús dijo: “Yo soy el pan de la vida; el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed” (Juan 6:35). En el pasado, recibimos la iluminación del Espíritu Santo al leer estas palabras del Señor Jesús. Las palabras del Señor son el pan de vida, que satisface nuestro corazón sediento y hace que disfrutemos de la dulzura de la presencia del Señor. Pero en el final de los últimos días, los desastres son cada vez más grandes, y las profecías del regreso del Señor se han cumplido, pero la gente no podía sentir la obra del Espíritu Santo aunque lee las palabras del Señor como antes, no obtiene el esclarecimiento e iluminación, ni el suministro espiritual, está padeciendo una hambruna espiritual. Este fenómeno no le sucede a una sola persona, sino a todo el mundo religioso. Mucha gente está confundida: El Señor Jesús es el pan de vida. Creemos en el Señor y con frecuencia leemos las palabras del Señor, ¿por qué no podemos saciar nuestra hambre y sed espiritual? La razón principal es que la gente no ha seguido los pasos de la obra del Espíritu Santo. Todos hemos visto que ahora la catástrofe ha caído, las profecías del regreso del Señor se han cumplido, y el Señor Jesús ya ha regresado, Él es el Cristo de los últimos días, Dios Todopoderoso. Dios Todopoderoso ha expresado todas las verdades para salvar a la humanidad, y ha realizado la obra del juicio comenzando desde la casa de Dios, para salvar completamente a las personas de sus pecados, purificarlas y llevarlas al reino de los cielos. Esto es exactamente el cumplimiento de las profecías del Señor: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad” (Juan 16:12-13). “Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no lo juzgo; porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final” (Juan 12:47-48). “Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad” (Juan 17:17). Muchas personas que son amantes de la verdad de todas las denominaciones leyeron las palabras de Dios Todopoderoso, escucharon la voz de Dios, dieron la bienvenida al Señor y fueron arrebatadas ante el trono de Dios. Ahora comen y beben las palabras de Dios todos los días, son las que asisten a la boda del Cordero, se sienten satisfechos espiritualmente. De esto se puede ver que lo que el Señor Jesús dijo: “Yo soy el pan de la vida; el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed”. no se refiere a que con que crean en el Señor Jesús, acepten las palabras y la obra del Señor Jesús, nunca tendrán sed y hambre, sino que también tienen que aceptar el regreso del Señor Jesús, la palabra y la obra de Dios Todopoderoso, el Cristo de los últimos días. Porque Dios Todopoderoso nos ha traído el camino de la vida eterna. 

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