Concédenos tu Espíritu, Señor nuestro Dios, para que podamos discernir tu buena, agradable y perfecta voluntad. Danos alegría para luchar a tu lado, para que lo bueno, agradable y perfecto pueda ser impartido al mundo. En donde quiera que estemos y en cualquier trabajo que hagamos, danos el fervor para servirte y ser guiados por ti, para que se haga tu voluntad y venga tu reino, para que ya desde ahora podamos encontrar felicidad, aunque solo sea en la esperanza. Amén.
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