Señor nuestro Dios, anhelamos entrar en tu luz y vivir en tu fortaleza, para hacer lo que te agrada y promover tu reino en la tierra. Protégenos del mal y no permitas que seamos heridos por las flechas encendidas del maligno. Cada vez que no sepamos cómo seguir adelante, haz caminos para nosotros. Siempre sabemos que eres nuestro Padre, y, porque lo eres, queremos ser valientes y perseverar hasta el final, para que nuestras vidas den fruto para ti, para la gloria de tu nombre. Amén.
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