Según Lex Renick, solo Dios tiene esa capacidad de hacer un milagro como el que está viviendo, pues hace algún tiempo, ella y su esposo, Nic, que anteriormente se identificaban como un hombre transgénero y homosexual respectivamente, experimentaron un cambio espiritual que los llevó a abandonar sus antiguas identidades.
Se casaron como hombre y mujer, pero ahora se consideran una pareja heterosexual después de su conversión.
En una entrevista con Michael Knowles de The Daily Wire, describieron su testimonio como algo increíble.
Además de su transformación espiritual, también han experimentado una restauración física, incluido el nacimiento de un bebé sano a pesar de las complicaciones médicas que Lex enfrentó anteriormente.
«Esto no tiene ningún sentido físico, pero ya no tienes células cancerosas en tu cuerpo», les dijo un médico de Planned Parenthood sobre la posibilidad de que Lex pudiera tener bebés.
«Creo que esto demuestra que cualquiera puede transformarse o convertirse en lo que quiera. Pero nadie habla de transformarse de nuevo en el diseño original que se supone que eres», dijo Nic sobre su experiencia juntos.
«El mundo puede decirte mucho sobre quién ‘se supone que debes ser’ basándose en tus intereses o en tu tipo de personalidad, e intentar encajarte en todas esas cajas locas y extravagantes que podrían… hacerte sentir incluido durante un tiempo», añadió.
Lex habló sobre cómo creía en la «mentira» de la comunidad LGBT, recordando haber escuchado que si Dios te creó de cierta manera, entonces así debías ser. Sin embargo, señaló que este argumento no aplicaba a la comunidad trans, ya que implicaría que debería haber sido mujer.
Lex explicó a Knowles que encontró consuelo en la comunidad LGBT, buscando identidad y pertenencia que no encontraba en su familia o fe previas.
Creció en un hogar abusivo que se denominaba «cristiano», con una madre alcohólica que expresó arrepentimiento por no haber abortado a Lex al enterarse de su lucha con la sexualidad e identidad de género. A pesar de intentar encontrar aceptación en su familia o iglesia, siempre era rechazado, encontrando finalmente la pertenencia deseada en el movimiento LGBT.
«Corrí hacia esta comunidad amorosa, que era la comunidad queer, porque me aceptaban por mí misma, no porque necesitara la edificación o la aceptación de la iglesia. Sólo necesitaba un grupo de creyentes o una familia que me abrazara y me dijera: ‘Oye, vamos a acompañarte en este viaje’. Pero todo lo que encontré fue rechazo», explicó.
Nic se identificó como homosexual en la adolescencia sin enfrentar el mismo aislamiento que Lex. Aunque su familia no estaba de acuerdo con su identidad sexual, nunca intentaron cambiarlo. A pesar de las diferencias, Nic considera que el modelo cristiano es aceptar a la comunidad LGBTQ+ sin juicio.
A pesar de querer tener hijos como hombre transgénero y hombre homosexual, la pareja ahora se mantiene fiel a sus realidades biológicas. Con un hijo en común y otro en camino, han encontrado una iglesia en Las Vegas que los acepta tal como son, permitiéndoles experimentar una transformación espiritual.
“Ellos eligieron amarnos. Y eso ministró mucho a nuestros corazones porque pudimos estar con más creyentes y permitir que Dios hiciera la obra en nuestros corazones y luego tener amigos en nuestras vidas para animarnos a guiar al Señor en lugar de separarnos y hacer algo así. vigilando a Jesús sacando a la gente de la iglesia”, dijo Lex sobre la iglesia a la que asistían.
En marzo, Lex y Nic realizaron una renovación de votos matrimoniales por primera vez desde que se casaron, pero ahora como una pareja heterosexual.
«Estoy tan asombrada de la bondad de Dios», escribió Lex en un post de Instagram.
«Él es tan bueno. Tantas lágrimas escuchando a mi marido decir ‘Sí, quiero’, después de que el pastor Ivan dijera ‘La aceptas como tu novia’. Palabras que nunca pensé que serían tan dulces de escuchar en lo profundo de mi alma. Que honor es ser la novia de Nic. Qué honor es servir a Dios juntos y construir Su Reino», concluyó.
