El Tribunal Constitucional de Turquía confirmó la expulsión de nueve cristianos extranjeros por supuestas actividades misioneras que representaban un riesgo para la seguridad nacional.
Esta decisión se tomó bajo el código migratorio “N-82” y el tribunal afirmó que no violaba los derechos de los extranjeros a pesar de tener residencia legal en el país. La mayoría de los jueces justificó la decisión argumentando la amplia discrecionalidad de las autoridades en temas migratorios y de control de fronteras.
Esta decisión fue significativa, ya que fue la primera vez que varios casos del código N-82 se resolvieron conjuntamente. La organización ADF International, que aboga por la libertad religiosa, señaló que históricamente el tribunal había fallado en contra de cristianos extranjeros en casos similares, pero en esta ocasión hubo opiniones divergentes entre los jueces.
El presidente del Tribunal Constitucional, el juez Zühtü Arslan, expresó una opinión disidente, argumentando que no existían pruebas que indicaran que las actividades de los demandantes representaban una amenaza para el orden público.
Señaló que la actividad misionera no puede considerarse una amenaza abstracta para la seguridad y refutó el argumento de la mayoría sobre la interferencia con la libertad religiosa de los demandantes.
Desde 2018, alrededor de 185 ministros protestantes de Asuntos Exteriores han sido deportados o se les ha prohibido regresar a Turquía sin justificación clara ni acceso a los informes de inteligencia utilizados en su contra, según ADF International.
Esta situación representa una violación de los derechos humanos según los acuerdos internacionales.
Los cristianos afectados forman parte de un grupo más grande de más de 30 cristianos extranjeros identificados con el código N-82, quienes están involucrados en actividades religiosas en todo el país. La decisión colectiva sigue a varios casos individuales que llegaron al Tribunal Constitucional.
Los abogados de los demandantes destacaron las contradicciones en la decisión de la mayoría y la falta de pruebas que respalden la expulsión, criticando la falta de reconocimiento de la violación a la libertad religiosa por parte de los jueces.
En Turquía, se observa una tendencia preocupante de desafíos para las minorías religiosas debido al nacionalismo y la islamización. La comunidad cristiana, que representa una minoría en un país mayoritariamente musulmán, enfrenta dificultades significativas.
Los líderes religiosos y las organizaciones internacionales siguen llamando al respeto por la libertad religiosa y los derechos humanos en Turquía.