Vivimos en un mundo donde todos persiguen la riqueza y el éxito material. Muchas personas luchan y compiten por cosas materiales como dinero, reputación, estatus, poder, etc. Creen que sólo poseyendo estas cosas pueden obtener felicidad y satisfacción. Sin embargo, a menudo pasamos por alto un hecho importante: estas cosas materiales son temporales y no pueden satisfacer los deseos profundos del corazón humano. Echemos un vistazo a algunas personas talentosas y celebridades del mundo que parecen haber tenido éxito. Después de hacerse famosos, todavía sienten que sus vidas están vacías y sin sentido. Viven preocupadas y no pueden liberarse. Al final, eligen suicidarse para despedirse de este mundo y desahogar su insatisfacción con la vida… Esto es algo triste. Entonces, ¿cómo obtenemos verdadera riqueza y satisfacción? La Biblia dice: “La bendición de Jehová es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella” (Proverbios 10:22)*. Este versículo nos da una respuesta clara y sencilla: Las bendiciones que Dios nos da nos hacen ricos y libres de preocupaciones. Porque Dios es el don más grande en nuestras vidas: nos da todas las cosas buenas, nos permite disfrutar de todas las cosas que creó, nos permite establecer una relación íntima con Él y finalmente nos permite heredar Sus maravillosas promesas. Él no solo nos da necesidades materiales, sino más importante aún, nos da palabras preciosas, para que en Sus palabras podamos ser abastecidos, obtener el camino correcto en la vida, obtener la vida eterna y estar libres de todas las preocupaciones.
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