Hoy quiero escribirte con el corazón abierto y recordarte lo mucho que te ama Dios, y cuánto vales para Él. Sé que estás atravesando momentos difíciles, que la opresión parece ahogar tu paz y que las circunstancias pueden hacerte sentir agotada y sin fuerzas. Pero quiero que recuerdes algo muy importante: no estás sola.
Nuestro Dios es un Dios de clamor y justicia, un refugio seguro en tiempos de angustia. Él ve cada lágrima que has derramado y conoce cada pensamiento que ha cruzado por tu mente. En el Salmo 34:17-18 encontramos esta promesa:
«Los justos claman, y el Señor los oye; los libra de todas sus angustias. El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido.»
No importa cuán oscuro parezca el camino, Dios está contigo en cada paso. Él es tu fortaleza, tu escudo, y tu protector. Nada de lo que estás viviendo es desconocido para Él. Aunque ahora no entiendas el propósito, puedes confiar en que Él está obrando para tu bien. Como nos recuerd