En una prisión de Estados Unidos, quince reclusos oraron por un joven que decidió convertirse al cristianismo y fue bautizado.
Esto sucedió durante un evento organizado por el ministerio “God Behind Bars”, donde la evangelista Jennie Allen compartió el mensaje evangélico y habló sobre el amor de Jesús.
“Mientras Jennie predicaba, algo cambió. Su corazón comenzó a latir con fuerza y los muros que aprisionaban su alma comenzaron a resquebrajarse”, compartió el ministerio en Instagram.
“Nadie creía que pudiera encontrar a Jesús”, añadieron.
La conversión del joven llamado Trap fue el resultado de meses de oración por parte de 15 reclusos cristianos. Durante un evento evangelístico en la prisión, Trap aceptó la invitación y respondió con un emotivo “Sí”.
Mientras se preparaba para ser bautizado, los otros reclusos cristianos lloraron de alegría, lo abrazaron y prometieron apoyarlo en su nuevo camino.
La emoción fue palpable en el aire, y todos sintieron la poderosa presencia de Dios en ese lugar. Trap fue bautizado frente a otros 200 reclusos, dejando un impacto profundo en todos los presentes. Fue un momento de gran alegría y unidad espiritual entre todos los presentes.
Desde 2009, el ministerio “God Behind Bars” ha trabajado con iglesias en Estados Unidos para cambiar vidas de reclusos y sus familias. El objetivo es brindar apoyo integral para ayudarlos a tener mejores oportunidades una vez liberados.
La mayoría de los prisioneros, alrededor del 92%, eventualmente saldrán de la cárcel, pero desafortunadamente, el 75% vuelve a prisión dentro de tres años.
Esto motiva al ministerio a abordar los problemas de manera holística, atendiendo necesidades físicas, espirituales y relacionales.
El ministerio busca expandirse y actualmente está recaudando fondos para construir 10 iglesias dentro de las cárceles y llegar a 100.000 reclusos con su mensaje cristiano.
También buscan reunir a los reclusos con sus familias, ofreciéndoles esperanza y apoyo para un futuro mejor.