Corea del Norte se ha mantenido como el país más restrictivo para el cristianismo durante décadas, prohibiendo iglesias, Biblias y la evangelización.
Los conversos se enfrentan a graves castigos, incluyendo prisión, tortura, trabajos forzados e incluso la muerte, con consecuencias que se extienden a toda su familia. La severidad de estas medidas hace que la práctica del cristianismo sea extremadamente peligrosa.
Antes de la división de Corea, la región que ahora es Corea del Norte albergaba a unos 500,000 cristianos y experimentó un gran avivamiento a principios del siglo XX. Pyongyang, la capital, fue incluso conocida como la “Jerusalén del Este” debido al auge de iglesias e instituciones cristianas. Este período de libertad religiosa contrasta fuertemente con la opresión actual.
Kim Sang-Hwa, una desertora norcoreana, compartió que su familia mantuvo su fe en secreto, ocultándola incluso a sus hijos, debido al riesgo de ser denunciados. El régimen alienta a los niños a delatar a sus padres si descubren prácticas religiosas.
“Se anima a los niños norcoreanos a que delaten a sus padres si encuentran una Biblia (un libro negro) en su casa o ven a sus padres actuando de forma sospechosa”, explicó ella.
A los 9 años, Kim Sang-Hwa descubrió la fe de su familia al encontrar una Biblia escondida en un cajón. Al abrirla, se encontró con el pasaje “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”, lo que le causó confusión y miedo, pero también curiosidad. A pesar de su temor, decidió preguntar a su padre, quien le presentó el Evangelio y le habló sobre la creación, revelando a Kim una visión de Dios que contrastaba con el régimen norcoreano.
Este encuentro transformó su vida; ella aceptó a Jesús y comenzó un camino espiritual, fundamentado en su curiosidad y en la lectura de la Biblia. Durante este proceso, experimentó una restauración de su identidad al conocer a Dios, destacando que “quien conoce a Dios tiene su identidad restaurada”.
“En Corea del Norte, los ciudadanos no se reconocen como ciudadanos. Todo lo que tiene y es pertenece al Estado. Y él piensa que eso es normal, ya que es su única referencia. Cuando conocemos a Jesús todo cambia absolutamente. Tenemos un Dios con quien hablar y sabemos que somos escuchados. Ya no somos ciudadanos de un país con el que no nos relacionamos. Pero nosotros somos ciudadanos del Reino de los Cielos y tenemos una identidad de hijos amados de Dios”, reflexionó.
Sang-Hwa compartió que su familia practicaba su fe en secreto, como muchos cristianos en Corea del Norte. Las reuniones cristianas se realizaban en oculto, utilizando negocios familiares como lugares de encuentro, aunque esto conllevaba enormes riesgos, ya que la exposición podía resultar en ejecuciones o en el encarcelamiento de los creyentes. La evangelización se llevaba a cabo de forma muy restringida, en la que incluso los niños eran potenciales delatores.
A pesar del peligro, el padre de Kim evangelizó a un vecino durante 30 años, quien más tarde reveló que había sido un agente del gobierno comunista, pero que no los había denunciado.
Kim enfatizó que la gracia de Dios ha sostenido a la iglesia perseguida en Corea del Norte, lo que les permitió afrontar la amenaza de muerte con valentía. La confianza en que estarían con Jesús después de la muerte motivaba a los cristianos a compartir su fe, incluso con el conocimiento de los riesgos.
Finalmente, Kim y su familia huyeron a China y luego a Corea del Sur, buscando escapar de la persecución religiosa. En Corea del Sur, donde viven actualmente, han experimentado la libertad religiosa, algo que ella contrastó con el contexto de opresión en su país de origen.
Durante un viaje a Brasil, fue testigo de la capacidad de los brasileños para adorar y evangelizar libremente, lo que la impresionó profundamente y reafirmó su valoración de la libertad religiosa.
“Por favor, aprovechen la libertad que tienen para adorar a Dios, buscar a Dios, tener comunión unos con otros y, lo más importante, hablar de Jesús. El fin está cerca y la persecución global es una realidad. Aprovechen la libertad religiosa que tienen”, concluyó.
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