Tema: El Peligro de Estar en la Orilla  

Lucas 5:4 Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. 5 Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. 6 Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. 7 Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. 8 Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. 9 Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él, 10 y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. 11 Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron.

Debemos bogar mar adentro para crecer espiritualmente para poder tener cercanía con el Señor. Ahí podemos ver su Gloria. Tenemos a Jesús en nuestra barca y debemos obedecer su voz. Jesús tiene pensamientos de bien y no de mal. Que bueno es escuchar y obedecer. Él nos advierte y enseña cómo debemos hacer para obtener una intimidad con el Señor.  La bendición la obtuvo Simón obedeciendo a la voz de Jesucristo. Todo lo obtuvo cuando tiró la red, haciendo la voluntad en el nombre de Jesús. 

Estar en la orilla es peligroso porque nos podemos convertir en estorbo para otros. A veces estamos acomodados en la orilla y no nos auto evaluemos. Si estamos a la orilla no veremos la mano de Dios obrando. Un día estamos gozosos y el otro estamos preocupados. Cuando estamos mar adentro, eso motiva a otros a entrar también para recibir lo que el Señor nos tiene. El que se humilla Dios lo exalta. Simón entendió lo grande que Jesús hizo.

Cuando estamos mar adentro podemos compartir la bendición con los demás. Seremos testimonio para aquellos que quieren salir a pescar, pero tenemos que bogar mar adentro. 

Buscar primeramente el reino de Dios y su justicia y todo lo demás será añadido. Pedro reconoció que llegando mar adentro se cumplió el propósito del Señor. En la orilla somos piedra de tropiezo para aquellos que quieren bogar mar adentro. Tenemos que ser de motivación para que nuestros hijos, familiares, y vecinos vean las bendiciones del Señor. 

Hay que escuchar la voz del Señor para ser bendecidos. Tenemos que hacernos una autoevaluación a ver si estamos bogando mar adentro Io si estamos en la orilla. En la orilla nos cansamos porque no vemos lo prometido y corremos peligro. En la orilla no somos fríos ni calientes. Identifiquemos porqué somos inestables. A veces estamos calientes, mar adentro, donde hay plenitud de gozo porque vemos la promesa de nuestra familia. Pero a veces nos acomodamos en la orilla. Recordemos que Jesús está dentro de la barca. Pidiendo al Señor que nos lleve mar adentro. 

Sabemos que estando mar adentro tendremos dificultades y levantamiento pero no tenemos que temer porque Jesús está en nuestras barcas. Reflexionemos para ver donde estamos.

Prédica: Hermana Ingris

11/28/2024

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