John Cooper, vocalista de Skillet, expresó su preocupación por el silencio de la Iglesia sobre temas importantes como el marxismo y la evolución del lenguaje en los movimientos de justicia social, advirtiendo que algunas congregaciones están sucumbiendo al humanismo secular.
En una entrevista con The Christian Post, Cooper, conocido por su apertura sobre fe y cultura, mencionó la presencia de ideologías peligrosas en la Iglesia, como la Teoría Crítica de la Raza, que polariza a los creyentes en diferentes grupos.
“Veo mucho marxismo y sus derivaciones…. las ideologías nos dividen en grupos: cristianos blancos, cristianos negros, mujeres cristianas, hombres cristianos”, dijo la cantante de 49 años, citando la Teoría Crítica de la Raza.
“Eso es una forma de marxismo y no es bueno”, dijo.
Cooper mencionó que esta división ideológica es un indicativo de un cambio cultural más amplio hacia el secularismo, en el que la moralidad se establece sin hacer referencia a la Biblia o a Dios.
“Existe la idea de que podemos crear un mundo bueno y justo sin la Biblia, sin Dios. Eso es básicamente lo que es el humanismo secular”, explicó Cooper.
Destacó que numerosas iglesias, posiblemente con buenas intenciones, están intentando alinearse con ideas seculares en un intento de demostrar empatía o relevancia. Sin embargo, estos intentos pueden resultar en la aceptación de valores que son contrarios a las enseñanzas bíblicas.
“Estas ideas humanistas seculares siempre conducen a resultados realmente malos”, dijo.
Un ejemplo mencionado es la creciente normalización de la falta de vivienda y el consumo de drogas en las ciudades, donde se justifica la creación de lugares de inyección segura como un cuidado hacia las personas sin hogar, algo que se considera perjudicial y representativo de una “cultura de la muerte”.
Esto se refleja en la legalización de la eutanasia en algunos estados de EE.UU y Canadá, incluso para adolescentes con depresión. Se advierte que este enfoque secular para abordar problemas sociales tiene consecuencias negativas, ya que los impuestos financian programas que fomentan la adicción y terminan con vidas, en lugar de ofrecer redención.
Además, se observa que, aunque más iglesias reconocen la necesidad de enseñanzas bíblicas sobre sexo y género, muchas aún evitan tomar una postura firme por miedo a generar controversia.
Cooper, que está por lanzar su álbum independiente “Revolution”, advirtió sobre cómo las iglesias pueden verse influenciadas por ideologías peligrosas a través del lenguaje que adoptan. Mencionó que términos como “justicia racial”, aunque parecen inofensivos, pueden tener connotaciones ideológicas que se alejan de las enseñanzas bíblicas.
La adopción de este tipo de terminología puede llevar a las congregaciones a aceptar agendas que no comprenden plenamente.
Además, Cooper señala que es problemático cuando las iglesias afirman no ser políticas, pero critican a posiciones conservadoras, como en el caso de la inmigración y la redistribución de la riqueza. Las congregaciones pueden caer en un socialismo encubierto al promover ciertas causas bajo la apariencia de justicia social, mientras critican a la derecha sin reconocer su propia implicación en la política.
Esta dualidad, según Cooper, es una señal de alerta que los cristianos deben tener en cuenta al evaluar el uso del lenguaje en sus comunidades.