Cristiano residenciado en Irael afirma que la palabra en Isaías 61:5 se está cumpliendo en La Tierra Santa

Cristiano residenciado en Irael afirma que la palabra en Isaías 61:5 se está cumpliendo en La Tierra Santa

La historia milagrosa de los cristianos que restauraron a Israel se esta cumpliendo.

En la historia, pocos acontecimientos han sido tan cruciales para el pueblo judío como la restauración de Jerusalén, Judea y Samaria a la nación de Israel en 1967. Este acontecimiento trascendental, visto por muchos como una intervención divina, marcó la devolución de tierras perdidas para Israel durante miles de años, regiones consideradas por muchos como el alma y el latido del pueblo judío.

Sin embargo, el camino recorrido desde 1967 no ha sido nada fácil. Quienes han optado por establecerse en el corazón de la tierra bíblica han tenido que hacer frente a un triunvirato de desafíos: la propaganda incesante, el espectro del terrorismo y una intensa presión internacional. Sin embargo, su resiliencia sigue intacta, alimentada por una profunda conexión con la tierra y su historia.

Para muchos cristianos, la restauración de Judea y Samaria también se considera el cumplimiento de la profecía bíblica. Organizaciones como HaYovel, activas desde hace casi dos décadas, han desempeñado un papel importante a la hora de tender puentes entre los seguidores cristianos y la comunidad judía de Israel.

Tommy Waller, el fundador de HaYovel, sintió una atracción innegable por ser parte de lo que él describe como “la palabra de Dios que está sucediendo ahora mismo”. Originario de Tennessee, el viaje de Waller a Israel fue motivado por el deseo de relacionarse con la Biblia de una manera profundamente personal y activa.

Vendió su granja y se aventuró a mudarse a Israel, impulsado por el llamado a apoyar al pueblo judío y sus esfuerzos por restaurar la tierra. “Quiero ser parte de la Biblia; quiero ser parte de la palabra de Dios”, explica. Este llamado espiritual lo llevó a él y a su familia a vender su granja en Tennessee y mudarse a Israel, ofreciendo sus manos y pies al servicio de la tierra y su gente.

Esta participación cristiana no carece de contexto histórico. Durante siglos, las relaciones entre judíos y cristianos se han visto empañadas por la persecución y la desconfianza. La idea de que naciones que en otro tiempo se opusieron al pueblo judío pudieran convertirse en amigas y socias en la restauración de Israel parecía inverosímil para muchos.

La participación de Waller ha sido más que simbólica. Este nuevo capítulo en las relaciones entre judíos y cristianos se basa en la profecía bíblica, en particular en Isaías 61, que habla de extranjeros que vienen a servir como “viticultores” en Israel. Estos cristianos no buscan imponer sus propias creencias al pueblo judío ni reemplazarlo, sino más bien apoyarlo, reconociendo y respetando la misión espiritual única que representa el judaísmo.

Se trata de que los cristianos se conviertan en los aliados solidarios que Israel necesita desde hace mucho tiempo. Como dice un líder: “No tenemos que venir aquí con fusiles M16 para luchar en una guerra. Sólo tenemos que venir y apoyar al pueblo judío”.

Esta alianza entre judíos y cristianos representa un cambio significativo en la historia: donde antes había enemistad y malentendidos, ahora hay una alianza creciente basada en el respeto mutuo y una creencia compartida en el significado profético de Israel.

Para los cristianos, la relación ofrece una oportunidad de servir, bendecir al pueblo judío y participar en lo que consideran el cumplimiento de la profecía bíblica. Para la comunidad judía, brinda aliento y apoyo práctico en sus esfuerzos continuos por restaurar y desarrollar estas tierras históricamente significativas.

Judea y Samaria no son sólo pedazos de tierra; son el corazón bíblico, un lugar donde convergen la profecía y la historia. Para quienes creen, su restauración no es sólo una victoria política sino un mandato divino que sigue inspirando y movilizando a personas de todo el mundo para que se unan a Israel en su más sagrado empeño.

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