Amado Padre que estás en el cielo, permite que nuestros pensamientos sean llenos de todo lo que es honorable, justo, puro, amable, bueno y digno de alabanza. Queremos esperar por tu Espíritu, sin dar lugar a la ansiedad, sino mostrándonos dignos de ser tus hijos. Nosotros queremos ser tus hijos, que se elevan por encima incluso de las condiciones más difíciles y mantienen una confianza apacible, para la gloria de tu Espíritu en nosotros. Protégenos ahora y siempre con tu divina paz. Amén.
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