“Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón, y salva a los abatidos de espíritu.” (Salmo 34:18). Este versículo fue escrito después de que David fingió locura para escapar cuando fue expulsado por el rey Aquis de Gat. David enfrentó varios problemas, dificultades, sufrimientos y desafíos en ese momento, aunque estaba triste y contrito, no perdió su fe en Dios y aun así buscó la ayuda, el consuelo y la salvación de Dios. Dios era fiel, y Dios respondió al clamor de David, llevándole consuelo y paz. La experiencia de David nos muestra la importancia de mantener la fe y confiar en Dios en tiempos difíciles. Aunque experimentó dificultades y contratiempos, sabía que Dios no lo iba a dejar y que Dios estaba a su lado como su amparo y salvador. Por lo tanto, llegó a poder cantar alabanzas a la gracia y la misericordia de Dios. En nuestra vida real, también encontraremos varios desafíos y dificultades, los que nos harán sentir dolor, tristeza e impotencia, pero si también podemos presentarnos ante Dios como David, buscar Su ayuda y aceptar Su salvación, también podemos recibir la misericordia y curación de Dios y curación, y terminar siendo consolados del dolor.
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