Señor nuestro Dios, ayúdanos a prestar atención a tus mandamientos, para que nuestra paz sea como un río y nuestra justicia como las olas del mar. Te pedimos que permanezcas con nosotros por medio de tu Espíritu. Háblanos y dinos lo que necesitamos escuchar, para entender todo lo que siempre nos acerca a ti. Muéstranos el poder de tu mano para ayudarnos a nosotros y a toda la gente. No vamos a desesperarnos, incluso bajo juicio; no vamos a perder el valor por problemas y aflicciones. Ven con tu fuerza, para que podamos ser fuertes y vencer al mundo por medio de Jesucristo el Salvador. Amén.
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