Mucho ha cambiado en la relación entre la Iglesia Católica y el presidente nicaragüense Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo —esposa de Ortega— desde que llegó al poder en el país.
En un principio, Ortega y el Frente Sandinista de Liberación Nacional, una organización guerrillera de izquierda, se apoyaron en los católicos para movilizarse contra la violenta dictadura del expresidente Anastasio Somoza. Ese movimiento nació de la entonces floreciente teología de la liberación, que fusionaba el marxismo y el cristianismo, según The Public Discourse.
Desde entonces, el régimen de Ortega se ha vuelto contra la Iglesia católica, especialmente después de las protestas de 2018 contra su régimen dictatorial. Según Puertas Abiertas, la persecución contra los creyentes ha ido en aumento desde entonces.
En la última represión, siete sacerdotes nicaragüenses detenidos en las últimas semanas fueron exiliados a Roma, informó el Vaticano. Los miembros del clero estaban entre los líderes religiosos arrestados y detenidos por la Policía Nacional en la Diócesis de Matagalpa, encabezada por el obispo Rolando Álvarez, un abierto crítico del régimen de Ortega.
Álvarez fue exiliado a principios de este año cuando enfrentaba una pena de 26 años de prisión.
Tras su arresto, los sacerdotes detenidos habrían permanecido bajo arresto domiciliario en el Seminario Nacional Interdiocesano de Nuestra Señora de Fátima antes de ser exiliados.
Entre los exiliados se encuentran dos altos líderes de la diócesis, el sacerdote René Vega Matamoros y Edgard Sacasa, quien asumieron la dirección de la Diócesis de Matagalpa después del exilio de Álvarez.
Otros detenidos son el sacerdote Marlon Velázquez, Jairo Pravia, el vicario Víctor Godoy de la Iglesia Inmaculada Concepción de María de Sebáco, el fraile franciscano Silvio José Romero y el sacerdote Harvin Tórrez, rector del seminario de Matagalpa.
Las detenciones y expulsiones son consecuencia de la tensión actual entre la Iglesia Católica y el gobierno nicaragüense, que enfrenta la condena internacional por sus violaciones de derechos humanos.
Las Obras Misionales Pontificias de Estados Unidos están llamando a orar por la seguridad, la audacia y el coraje espiritual de los creyentes en Nicaragua, especialmente los líderes ministeriales.
“En estos tiempos difíciles, es crucial que nos unamos en oración por la Iglesia en Nicaragua”, afirmó la organización. “Oremos por la seguridad y la fortaleza de los sacerdotes, diáconos y todos los miembros del clero que defienden valientemente su fe en medio de la persecución. Nuestras oraciones pueden ofrecerles consuelo y apoyo, recordándoles que no están solos en su lucha”.
Varios legisladores republicanos han pedido a la administración del presidente Joe Biden que imponga fuertes sanciones contra Nicaragua por los abusos del régimen de Ortega. Los senadores Rick Scott (republicano por Florida), Ted Cruz (republicano por Texas), Katie Britt (republicana por Alabama) y Tommy Tuberville (republicano por Alabama) han estado entre los legisladores que han exigido que se tomen medidas.
El Departamento de Estado de Estados Unidos identifica a Nicaragua como un “país de particular preocupación” debido a sus violaciones a la libertad religiosa, señalando también que el abuso ha afectado a los cristianos evangélicos del país.