Señor nuestro Dios, tú eres nuestra fuerza y escudo. Nuestros corazones esperan en ti, y recibimos ayuda. Acéptanos de entre todas las naciones como un pueblo que quiere servirte. Fortalece nuestros corazones, especialmente cuando debemos ser probados de muchas maneras y debemos enfrentar muchas dificultades que vienen cuando aceptamos nuestra misión de proclamar tu nombre y dar testimonio de ti. Porque tú eres fuerte y nos puedes proteger. Nos puedes llenar con luz y alegría, para proclamar una y otra vez la salvación que viene por medio de tu bondad y misericordia todopoderosas; salvación en Jesucristo el Señor. Amén.
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