Señor nuestro Dios y Padre, te alabamos porque nos permites tener juntos comunidad en el nombre de Jesús, quien nos ha abierto los ojos para verte, y quien ha prometido estar entre nosotros cuando nos reunimos en su nombre. Que nuestro corazón permanezca libre de sombras, aun cuando nuestras vidas se vuelvan difíciles y el futuro parezca sombrío. Protégenos siempre que nos encontremos en tentación y tengamos batallas que luchar. Libéranos; haz de nosotros personas libres, que entienden que te pertenecen, y que, mientras aún estemos en la tierra, nos permitas participar en la vida eterna. Amén.

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