Señor nuestro Dios, te damos gracias por establecernos sobre el firme fundamento de tu Palabra y tu promesa, una promesa que expresa el gran anhelo y la esperanza que está en el corazón de tanta gente. Porque ellos no quieren que sus vidas queden en la desgracia y la superficialidad, sino que aspiran hacia algo más alto, con la alegría de que se pueda cumplir en ellos la promesa. Así que nosotros también hoy queremos estar preparados para el tiempo venidero que traerás, y nos llenamos de júbilo en nuestra esperanza del futuro. Nos regocijamos en la expectación del tiempo, cuando nos darás tu Espíritu, a nosotros y a todos los que responden a tu llamado y se convierten en tus colaboradores. Amén.
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