Señor nuestro Dios, te damos gracias por el amor que nos muestras, para que seamos liberados de debilidad y enfermedad, del pecado y la miseria, y recibamos la fortaleza para servirte, nuestro Padre del cielo. Bendícenos en todo lo que hay en nuestro corazón, que por medio de tu misericordia luchemos correctamente la batalla de la vida. Bendícenos en estos tiempos y permite que la justicia tome la delantera y vivamos en paz, alabándote por toda la eternidad. Protégenos a tus hijos por siempre. Que sea honrado tu nombre, que venga tu reino y se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo. Amén.
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