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Jeremías 1:4 Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: 5 Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. 6 Y yo dije: ¡Ah! ¡Ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. 7 Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. 8 No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová. 9 Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca. 10 Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.
Jeremías era temeroso del Señor. Lo consideraron el profeta llorón porque el gemía ante las circumstances y el oprobio del pueblo. Sin embargo, el Señor tiene una conversación con él. Quizás nosotros como Jeremías el Señor nos ha llamado con un propósito y objetivo. El se veía como poco pero cómo Jeremías nosotros también tenemos llamado profético y no te veas como menos. El Señor muchas veces nos llama pero ponemos obstáculos y excuses pero el Señor nos está dando un mandamiento. No temas. Lo dice el Señor. Cuando Él te mande no temas porque Él está con nosotros cómo poderoso Gigante. No tengas miedo porque Él fue quien te formó. Cuando el Señor nos manda somos el medio para proveer esas señales. No podemos negarnos. Usted y yo también debemos sufrir como Jeremías. Somos esa vasija que debemos estar llenos y limpios. Llenos de la presencia del Señor pero si no estamos llenos no tendremos como darles la confirmación que están esperando. Usted por estar de desobediente no entrega lo que te están enviando y si no lo hacemos caerá esa sangre sobre nosotros si no le hablamos. Hay que ser el ejemplo para que ellos puedan desear lo que tenemos en el Señor. Hay que ser luz en medio del pueblo para que las personas reciban aunque sea un rayito de nuestro Señor. Pero si estamos tristes que ejemplo estamos reflejando?
Aleluya! Aleluya! Aleluya!
Santoooo! Santoooo! Aleluya!
Tantas personas perdidas en la oscuridad y nosotros teniendo al Señor no brilla esa luz como tiene que brillar. Nosotros somos los que tenemos que reflejar esa luz como tenemos que tenerlo. Tantas personas esperando un rayito de esperanza y a veces por estar atentos a los afanes no nos preocupamos de hacer lo necesario para mantener nuestra luz brillando.
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Jeremías 1:4 Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: 5 Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. 6 Y yo dije: ¡Ah! ¡Ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. 7 Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. 8 No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová. 9 Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca. 10 Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.
Jeremías era temeroso del Señor. Lo consideraron el profeta llorón porque el gemía ante las circumstances y el oprobio del pueblo. Sin embargo, el Señor tiene una conversación con él. Quizás nosotros como Jeremías el Señor nos ha llamado con un propósito y objetivo. El se veía como poco pero cómo Jeremías nosotros también tenemos llamado profético y no te veas como menos. El Señor muchas veces nos llama pero ponemos obstáculos y excuses pero el Señor nos está dando un mandamiento. No temas. Lo dice el Señor. Cuando Él te mande no temas porque Él está con nosotros cómo poderoso Gigante. No tengas miedo porque Él fue quien te formó. Cuando el Señor nos manda somos el medio para proveer esas señales. No podemos negarnos. Usted y yo también debemos sufrir como Jeremías. Somos esa vasija que debemos estar llenos y limpios. Llenos de la presencia del Señor pero si no estamos llenos no tendremos como darles la confirmación que están esperando. Usted por estar de desobediente no entrega lo que te están enviando y si no lo hacemos caerá esa sangre sobre nosotros si no le hablamos. Hay que ser el ejemplo para que ellos puedan desear lo que tenemos en el Señor. Hay que ser luz en medio del pueblo para que las personas reciban aunque sea un rayito de nuestro Señor. Pero si estamos tristes que ejemplo estamos reflejando?
Aleluya! Aleluya! Aleluya!
Santoooo! Santoooo! Aleluya!
Tantas personas perdidas en la oscuridad y nosotros teniendo al Señor no brilla esa luz como tiene que brillar. Nosotros somos los que tenemos que reflejar esa luz como tenemos que tenerlo. Tantas personas esperando un rayito de esperanza y a veces por estar atentos a los afanes no nos preocupamos de hacer lo necesario para mantener nuestra luz brillando.