Durante dos semanas, el evangelista Daniel Kolenda está llevando a cabo una cruzada evangelística masiva en Uganda, en compañía del equipo misionero «Cristo para todas las Naciones» (CfaN).
Durante dos semanas, el evangelista Daniel Kolenda está llevando a cabo una cruzada evangelística masiva en Uganda, en compañía del equipo misionero «Cristo para todas las Naciones» (CfaN).
Este equipo, compuesto por evangelistas capacitados en Bootcamp, está visitando siete ciudades en total, proclamando el mensaje de Jesús, orando por los enfermos y liberando a aquellos oprimidos por el ocultismo, una práctica común en la región.
En la ciudad de Lira, el jueves pasado, la evangelista Katrin Smene compartió el mensaje de esperanza en Jesús con una gran multitud reunida en un campo abierto, durante la segunda noche de la cruzada.
“A las 4:30 pm estábamos empacando el auto para ir al campo de campaña. A mi izquierda tenía a mi precioso esposo Daniel Smenes, en mi regazo a nuestro bebé recién nacido y a mi derecha a nuestro pequeño hijo. Tenía lágrimas en los ojos cuando empezamos a conducir y mi corazón se llenó de alegría de poder servir a Jesús como familia saqueando el infierno y poblando el cielo”, dijo Katrin.
“Sabía que, así como dimos a luz a nuestros hijos físicos, hoy nacerían miles de hijos espirituales en el Reino de Dios”, añadió.
Y así fue como ocurrió, esa noche se produjo una poderosa manifestación del Espíritu.
Carozinn, una anciana que tenía problemas de audición, visión en un ojo y dolores de espalda que la impedían moverse, experimentó una curación milagrosa.
“¡Después de orar por ella, recuperó la vista y el oído y comenzó a saltar sin dolor de espalda! ¡Esta señora recibió alrededor de cuatro milagros en uno!”, testificó Katrin.
El miércoles pasado, en la primera noche de la campaña en Lira, también se experimentaron milagros. Durante la oración por su curación, una mujer que había estado ciega durante tres años recuperó la vista.
Según CfaN, los habitantes de Lira estaban entusiasmados por asistir a la cruzada, llegando desde diferentes lugares para escuchar por primera vez acerca de Jesús.
“Cuando llegamos al campo de campaña, la multitud estaba esperanzada y lista para recibir la Palabra de Dios. Se podía ver gente en la calle en motocicletas que se detenía para escuchar el mensaje del Evangelio”, informó el evangelista Jared Horton.
“Había 10 trabajadores de la construcción al otro lado de la calle poniendo un techo y saludaron con la mano para que pudieran oírme cuando los llamé para asegurarme de que estaban escuchando. Hasta donde llegó el sonido, el pueblo de Lira recibió un mensaje evangélico cristalino y sencillo”, finalizó.