“Pon tu delicia en el Señor, y Él te dará las peticiones de tu corazón” (Salmos 37:4). Este versículo fue escrito por el rey David cuando enfrentó la prosperidad de los malvados y sus propias dificultades, en el día de hoy, lo usan para animarse a mantener una actitud correcta en la vida, confiar en Dios en todo, buscar acercarse a Dios y obedecer la voluntad de Dios, y creer que Dios responderá a los deseos de nuestro corazón, esto nos ayudará a encontrar la paz interior y el gozo en nuestras vidas. Porque Dios es el mayor gozo y satisfacción en nuestra vida, Dios es fiel, omnipotente y omnisciente, y además un Dios amoroso, Él conoce las necesidades de nuestro corazón, Él puede suplir nuestras necesidades, y Él está dispuesto a suplir nuestras necesidades. Pero Dios no necesariamente logra las cosas de acuerdo a nuestro método o tiempo, Él tiene sus propios planes y arreglos, y Él ve más lejos y mejor de lo que imaginamos. Dios a veces nos permite experimentar algunas dificultades, desafíos, pruebas y reveses para perfeccionar nuestra fe, paciencia y obediencia. Lo que tenemos que hacer es no dudar, no quejarnos, y mucho menos rendirnos, sino confiar, creer, esperar y obedecer. Tenemos que esperar el tiempo y la manera de Dios en que nos da lo que deseamos, en lugar de usar nuestra propia fuerza o sabiduría. Debemos encomendar nuestro camino a Dios y confiamos en Él, nos sometemos a Su dirección y esperamos con paciencia, sin impaciencia ni ansiedad, creyendo que Dios cumplirá los deseos de nuestro corazón según Su buena voluntad.
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