Después de la trágica muerte de su hija Lucy en un accidente durante unas vacaciones familiares en Maine, los padres Jesse y Bethany Morgan encontraron su diario de oración.
Lucy, de 6 años, sufrió una lesión grave en el cráneo mientras jugaba bádminton con sus hermanos, cuando el mango de la raqueta, utilizada por su hermano de 10 años, se rompió accidentalmente y golpeó su cabeza.
«La raqueta se rompió en el camino hacia abajo, un trozo afilado entró en el cráneo de Lucy mientras estaba sentada en la banca y causó lesiones catastróficas», explicó Jesse en una serie de publicaciones en su blog, New Creation Living.
“Ella todavía respiraba pero no respondía mientras la sostenía con Bethany clamando a Dios”, añadió.
La niña fue rescatada y llevada a un hospital local, luego trasladada a otro hospital en Portland. Después de cuatro días, Lucy falleció a causa de sus heridas.
Su padre, Jesse, confirmó que la muerte cerebral fue declarada a la 1:32 am del 5 de junio y su corazón dejó de latir alrededor de las 4 am.
“Después de exámenes completos y exámenes aún más repetidos, sin duda, se declaró muerte cerebral a la 1:32 am del 5 de junio, y su corazón dejó de latir alrededor de las 4 am. Lucy estaba con Jesús”, dijo Jesse.
Una vez de regreso en Nueva Jersey, la familia descubrió el diario de oración de su hija en su mochila, el cual le había dado su madre un mes antes de su fallecimiento. El diario reveló la fe y el amor de Lucy por Dios, proporcionando consuelo a sus padres en medio del dolor.
«Fue idea de mi esposa. Mi esposa es periodista y me dijo: ‘Oye, puedes usar esto para escribir cosas, escribele a Dios si quieres’», contó el padre de la niña.
En el diario, ella escribió: “Dios es tan asombroso y Él es el Dios verdadero, creó todo y murió en la cruz por nuestros pecados”.
Su padre expresó que, a pesar de su corta edad, el amor que sentía Lucy por Dios y por Jesús sobrepasó la comprensión humana.
“Creo que ella tenía la fe de un grano de mostaza. Y Jesús llama a los niños a venir a Él. Aunque su comprensión era limitada cuando era niña, uno de los regalos más hermosos fue abrirlo y ver las cosas que escribía, las cosas que dibujaba. No tengo ninguna duda de que ella, en su comprensión imperfecta de la vida, amó a Cristo y amó a Dios y que Él la acogió en el Cielo», reveló.
Jesse mencionó que, en medio de su sufrimiento, él y su familia encuentran consuelo en la fe y siguen manteniendo la esperanza a pesar de la profunda pérdida que han experimentado.
“Es sólo Cristo quien nos sostiene”, destacó.
«No quiero que la gente se quede boquiabierta ante la tragedia. Quiero que la gente vea lo milagroso. Dios no hizo un milagro y la trajo de regreso, pero Dios hizo un milagro. Y eso es lo que quiero que la gente vea, que en nuestros corazones todavía confían en él”, finalizó.
