Clément, de 52 años, proviene de una familia de practicantes de la magia en Madagascar. Pasó su juventud en un pequeño pueblo de la zona rural de Maharavoandriana y eventualmente siguió los pasos de sus ancestros convirtiéndose en un mago también.
“Cuando era niño, ya estaba poseído”, reveló en una entrevista con la Liga Bíblica Internacional.
“Fue como una maldición generacional. Todos mis antepasados estaban poseídos y, cuando murieron, transmitieron el espíritu. En 1992 comencé a cuidar espiritualmente a las personas. No de forma piadosa, sino como un hechicero”, añadió.
Desde ese momento, Clément quedó siendo esclavo de un ser maligno y forzado a obedecerle.
“Tenía que seguir las reglas de ese espíritu, llevándole sacrificios como pollo, alcohol y dulces”, recordó.
“Cuando la gente me consultaba, invocaba al espíritu, y luego él me respondía y me decía el origen y solución del problema. El poder que poseía hizo que la gente me temiera”, añadió.
“Siempre tuve miedo. Miedo de que el espíritu maligno me castigara por hacer algo mal”, confesó.
Después de un tiempo, las malas influencias de la brujería afectaron gravemente la vida de Clément, llevándolo a sufrir de insomnio durante un período prolongado.
Decidido a romper con ese poder oscuro, Clément anhelaba un cambio significativo en su existencia. Bajo la guía divina y con una fe sobrenatural, Clément se encomendó a Dios en busca de auxilio.
“En realidad, no sabía nada sobre la religión cristiana. Incluso estaba persiguiendo a los cristianos en ese momento, así que debe haber sido el Espíritu Santo quien me guiaba”, dijo.
“Me dijo que ayunara y orara, y escuché a Dios llamándome. Eso fue en 2005. Entré a la iglesia local y recibí a Cristo”, testificó.
Después de aceptar a Jesús, el antiguo practicante de magia descubrió la verdadera enseñanza del Evangelio y fue liberado del demonio que lo afectó durante mucho tiempo.
“Dios me liberó de todas las cadenas que el espíritu intentaba ponerme. La Palabra de Dios dice, si estás en Cristo, eres una nueva creación”, resaltó.
Clément adquirió conocimientos más profundos sobre la Biblia en un programa bíblico impartido por la misión de la Liga Bíblica Internacional en su localidad. Gracias a esto, él y su familia se acercaron a Jesús y ahora comparten juntos la enseñanza del Evangelio en su comunidad.