Señor nuestro Dios, nuestro Padre en el cielo y la tierra, te pedimos que nos bendigas, a tus hijos, porque queremos ser tus hijos y nada más. Queremos tener la alegría y el deleite de saber que te pertenecemos, el todopoderoso Dios, quien comenzó y culminará la redención sobre la tierra por medio de Jesucristo, nuestro Salvador. Bendice tu Palabra en nosotros. Danos valor en el sufrimiento y la aflicción, para que nos permitas servirte en todas las circunstancias, aun cuando nos parezca difícil. Tu nombre será honrado en nosotros y tu reino vendrá. Tan seguro como la tierra perdura, todo se hará conforme a tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Amén.
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